MUERTE EN TRASPINEDO

La Guardia Civil descubre borrados selectivos en el teléfono de Óscar, el amigo de Esther López

El examen del terminal del último hombre que estuvo con la joven de Traspinedo antes de desaparecer revela alteraciones voluntarias de varios datos relevantes

La Guardia Civil interrogará a las personas que Óscar, el amigo de Esther López, menciona en su coartada

Buscan sangre en el coche del amigo de Esther López porque su cadáver tenía una herida en la frente

Esther López
Los investigadores han descubierto datos borrados en el teléfono del amigo de Esther López.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Los teléfonos móviles en la investigación de la muerte de Esther López se mostraron fundamentales desde el principio de la investigación. Desde que el terminal de la joven fuera hallado el 5 de febrero junto a su cadáver, el caso comenzó a dar pasos de gigante; pero, el análisis del teléfono de Óscar, el último hombre que estuvo con ella, tampoco se ha quedado atrás. Lo curioso es que, si el de Esther López ha revelado datos tan cruciales como sus últimas localizaciones, el de él lo ha hecho no por lo que aporta en sí, sino por las acciones que sobre el aparato Óscar llevó a cabo en fechas posteriores a la desaparición de Esther. Una serie de borrados selectivos de diferentes datos y alteraciones de ciertas aplicaciones hacen creer a los investigadores que el ya principal sospechoso policial trató de dificultar de manera voluntaria el rastreo de sus movimientos y acciones desde el 12 de enero, la noche que desapareció Esther López.

La madrugada que Esther desapareció su teléfono tenía mayor o menor cobertura dependiendo de la distancia a la que estuviera de la única antena repetidora de telefonía de Traspinedo y de la orografía que la rodeaba. De hecho, los investigadores se tuvieron que conformar al inicio de sus labores con saber que los teléfonos de las personas de interés para la investigación habían estado aquella noche bajo la cobertura de esa antena. Menos da una piedra.

De ahí que fuera fundamental conseguir los terminales telefónicos de estas personas empezando, por supuesto, por el de la propia Esther. Sin embargo, si para todo en general las prisas no son buenas consejeras, para una investigación criminal menos todavía. Algunas voces han insinuado que ciertas diligencias policiales en el caso pueden parecer tardías, como el registro del coche de Óscar, en el que viajó Esther López por última vez, el registro de la casa de verano de sus padres a las afueras de Traspinedo, donde asegura haber dormido la noche de la desaparición de la joven, o pedirle ahora, tres meses después, la ropa que vestía aquella noche. Esas críticas, aunque leves, no sólo son injustas, sino que carecen de fundamento. Limpiar, lavar y borrar son comportamientos muy orientativos para los investigadores.

Una investigación ya sin prisas

Lamentablemente para la familia de Esther las prisas de los investigadores se acabaron la mañana que su cadáver fue encontrado en una cuneta. Hoy todo el mundo asume que el cuerpo de Esther fue colocado allí tras haber pasado tiempo oculto en otro lugar. Los forenses demostraron incluso que desde su muerte hasta su hallazgo alguien la cambió de postura. El escenario donde fue encontrado su cuerpo fue un montaje inmediatamente revelado por los investigadores. Así que habría que preguntarse, si el responsable de la muerte de Esther, había alterado aquel escenario para hacerlo pasar por un atropello accidental. Si es así, ¿qué más podría haber alterado?.

En el momento de la aparición del cuerpo de Esther López, una docena de nombres componía la lista de personas de interés para el caso, así que para reducirla los agentes cribaron a través de datos objetivos, y con Óscar se toparon con dos datos muy llamativos. Su coche y su teléfono.

Con respecto al primero, los investigadores analizan “hasta el último tornillo” de un vehículo cuyo dueño lavó de manera compulsiva los días siguientes a la desaparición de Esther pese a tratarse de un vehículo bien cuidado y con apenas unos meses de antigüedad. Pese a sus esfuerzos higiénicos, los expertos en Criminalística lograron aislar un resto de saliva de Esther en el maletero del vehículo.

El otro dato objetivo que elevó el interés de los investigadores sobre Óscar fue la actividad de su teléfono, que él entregó de manera voluntaria igual que ha hecho con todas y cada una de las diligencias y objetos que se le han pedido, y si algo ha llamado la atención de los investigadores es que Óscar ha borrado datos de su terminal relacionados con aspectos del teléfono y aplicaciones del mismo que son cruciales para el estudio del historial del aparato. ¿Pueden ser borrados automáticos?. ¿Puede tratarse de una eliminación accidental? No y no. Se trata de borrados voluntarios, a los que se llega a través de menús específicos y que afectan a partes del historial del teléfono cuya eliminación no es fácil de explicar.

Sólo un dato para entender la importancia de este indicio. El coche de Óscar rastrea todos sus movimientos a través de los eventos que su centralita informática envía en tiempo real al fabricante. Gracias a eso los investigadores saben dónde estuvo en cada momento ese coche y haciendo qué, algo que debería tener su respaldo en el teléfono de Óscar. O no.

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